Reflexiones

REFLEXIÓN Y SENTIMIENTOS DE UN COSTALERO: "EL MALAGUITA".

A todos los componentes de la hermandad:

Soy Juan Carlos, El Malaguita para muchos.

No sabía de qué manera ponerme en contacto con vosotros y participar de alguna manera en el blog de la hermandad, ya que no sé como funciona eso del facebok o tuenti, así que simplemente os hago llegar este escrito, para por lo menos, reflejaros mis vivencias con la cuadrilla.

Desgraciadamente, yo no puedo contestar a muchas preguntas de las que hacéis en la entrevista del bloc, ya que desconozco los nombres de la inmensa mayoría de los pasos, de cuales son los puntos de recorrido, de las marchas cofrades, de las imágenes… Lo poco que sé es de oíros a vosotros hablar sobre ello y que aún así, muchas de las cosas se me pasan por alto debido a mi poco conocimiento de lo que envuelve a la Semana Santa.

Lo único que puedo hacer, es contaros mi experiencia en la Hermandad, y si lo consideráis oportuno, compartirlo con el resto de hermanos, que aunque sea bastante atípica, es auténtica.

Todavía no hace 3 años, llegué a Utrera. Yo soy de Barcelona, y por circunstancias de la vida, tuve que dejarlo todo y empezar una nueva vida aquí. No ha sido un camino fácil, ya que dejé muchas cosas atrás.

El día 31 de Diciembre del 2008, conocí a Javier Díaz Beato, miembro de la Hermandad, y después de comentarme algunas cosas sobre lo que era el sentimiento costalero, me comprometí a intentar formar parte de ese mundo, el cual todavía era desconocido para mi.

Empezaron los ensayos, y la primera toma de contacto fue… dicho con una palabra, ESPECIAL. En aquel momento, no supe explicar el por qué, ya que en mi vida, siempre había visto desde lejos cualquier cosa que tuviera relación con la iglesia o de índole religiosa, pero me sentía bien haciendo aquello. No me enteraba de nada de lo que se estaba diciendo allí abajo. “Menos costero”, “izquierda atrás”, “derecha adelante”, “rachear los pies”, “llámate un poquito Pedro”… Frases que para mi eran del todo desconocidas y tampoco me atrevía a preguntar, ya que no era momento ni lugar para hacerlo, y porque supongo que todos los que estaban ahí abajo, pensarían que si yo estaba allí, sería porque sabía lo que hacía.

En esa época, yo estaba trabajando en Málaga, de ahí el apodo de “El Malaguita”, ya que muchos pensaban que era de allí cuando se enteraron de donde venía todos los días de ensayo.

Los primeros días no podía quedarme después de los ensayos a tomar la cervecita, ya que conforme acababa el ensayo, cogía el coche y me iba otra vez a Málaga, pero después de 3 semanas, ya me lo combiné de manera que me iba al día siguiente, con lo cual ya podía participar de esa merecida cervecita (“u dos”), y ahí tuve la oportunidad de ir conociendo a la cuadrilla, en la cual cada día me sentía más a gusto y me di cuenta que aparte de compartir un sentimiento, también se compartía un compañerismo muy especial, mezclándose varias generaciones de costaleros, respetando lógicamente la experiencia de los más antiguos pero teniendo en cuenta la opinión de todos, incluso el más joven.

Recuerdo esos momentos con mucho cariño. Se encabezaba la reunión hablando de cómo había ido el ensayo, con diversidad siempre de opiniones, las cuales, siempre se iban abajo a la que pedía la palabra Pedro Fuentes, jajajajaja, un tío tan entrañable, el cual se hace el duro y tiene un corazón que no le cabe en el pecho, un Gran Tipo. Ese Rivera, el cual respira semana santa por cada poro de su piel (esto de “cada poro de su piel” ha quedao bien eh? ) el cual no dejaba de aportar ideas para el siguiente ensayo y siempre procurando consolidar cada vez más la piña de la cuadrilla. “El Capita”… yo pensaba… ¡Pero si es un crio!!! Y resulta que sabe y vive la Semana Santa como nadie. El Goleto, Valentín, El Chino, Andrés, Jorge, Antonio Mesa, José Luis…. Y muchos más, cada uno con su idea pero que unían, eso sí, un solo sentimiento, que el Martes Santo, aquel paso fuera el más grande.

Por fin llegó el gran día. El Martes Santo.

Recuerdo que estaba muy nervioso. Aquel día hice algo que nunca antes había hecho. Por la mañana, me fui a la Basílica, y le recé a la Virgen, le expliqué todo esto a ella, lo que iba a hacer y el por qué, pidiéndole que me ayudara y no me dejara de la mano porque yo iba a darlo todo ahí debajo con tal de realizar esa Estación de Penitencia de principio a fin.

Saliendo de la Basílica, me encontré con José Luis, el Capataz. Me fui con él a tomar una cerveza y me reconfortó hablar con él, el cual también estaba muy nervioso aunque tuviera unas pocas de Semanas Santas a sus espaldas.

Ya no había marcha atrás. Ya estábamos vestidos, alrededor unos de los otros, todos mostrando una tranquilidad que no existía, ya que el nerviosismo era latente en todos. Una vez debajo del paso, se acabó el murmullo, se creó el silencio y Pedro rezó el Padre Nuestro. Yo sentí un escalofrío el cual iba y venía a cada pocos segundos.

A partir de ahí, todo fueron momentos para recordar, emociones que no sabría explicar. Sería difícil quedarme con alguno de ellos, quizás cuando se cantó la salve en la calle Ancha acompañada de la petalá, que hacía que las piernas siguieran sacando fuerzas no sé de donde, momentos como los de algunos compañeros agarrando de la cintura a otros que les desfallecían las fuerzas. Resumiendo, algo IMPRESIONANTE.

Por todo esto, yo sólo puedo daros las gracias. Gracias a todos y cada uno de vosotros por dejarme formar parte de esa cuadrilla, de esa familia tan especial, en la que me siento orgulloso de aportar mi pequeño granito de arena para que La Virgen de las Veredas, siga meciéndose todos los Martes Santo bajo el cielo de Utrera, y que mientras el cuerpo aguante, ahí debajo estaré empujando como el que más.

Un abrazo muy grande a todos.

Juan Carlos (“El Malaguita”) 

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ENAMORADO DE LA VEREDA

Paso de palio de Ntra. Sra. de las Veredas.


Los sentimientos que fluyen
en mi interior al pensar
en la palabra vereda
son díficil de explicar.

Es una arteria utrerana
de historia y de devoción
es el rincón de mi pueblo
que llevo en mi corazón.

Porque ahí me vestí de morado
porque adquirí el orgullo
de educarme y de formarme
y fueron los salesianos
los que hicieron para siempre
quedarme contigo en el carmen.

Y vivir un Martes Santo
de emociones desmedidas
y salir con mis hermanos
con tus hijos tu cuadrilla
a pasearte Veredas
entre tus suaves bambalinas.

Treinta y cinco corazones
bajo tus plantas Veredas
corazones de los buenos
de los que ya no te olvidas
como me acuerdo del Salvi
y su lesión que es la mía.

Y tu y yo madre sabemos
que se hará tu voluntad
que en la vereda me quedo
para poderte llevar
con mis hermanos capitas
y así el cielo alcanzar.


Fernando García Romero. "Tato". 

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¿NO ME CONOCES SEÑORA?

Función de Ntra. Sra. de las Veredas.

 ¿No me conoces Señora?
Que yo soy tu costalero.
¡Que me miren,Madre,Ahora!
!Esos ojos que yo quiero¡

Tu arriba, eres la Flor.
Sobre mis hombros de acero.
Y yo alla abajo decia...
Por ella soy costalero.

Por ti Virgen de las Veredas
por lo mucho que te quiero.
Por eso y por que lo siento.
Quiero ser tu costalero.

Y todo el Palio temblaba.
Del goce que yo sentia
y tu amor me bendecia
Yo la tierra, Tu la Flor.

Por ser mensaje de Amor
En la Tierra y en el Cielo
Virgen de las Veredas,Reina
Y Madre de los Cielos.

Por el amor que te tengo
Por lo mucho que te quiero
No Hay razon mas importante
Para ser tu costalero. 

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  SER COSTALERO SIGNIFICA...

Grupo de Costaleros.
Más de una vez me preguntaron
qué es ser costalero.
Y no porque no supiera,
si no por falta de tiempo,
no me paré a responder
a los que saber quisieron.

Sin embargo, quiero explicarlo ahora,
aprovechar este encuentro.
Quiero que tu bien lo sepas,
qué significa ser costalero.

Costalero te pare tu madre
el día de tu nacimiento,
porque por tu sangre chorrea
aquella de los que también lo fueron.

El costalero crece y aprende
rodeado de momentos.
Distintos puntos de vista
que enriquecen el conocimiento.
El costalero les cuenta,
a sus hijos y a sus nietos,
sentimientos y vivencias
que vivió bajo el madero.

Y el costalero un buen día
se despide de su cuerpo.
Ese cuerpo que le sirvió de andas
al Hijo de Dios, o a la Reina de los Cielos.

Le estará esperando a las puertas
San Pedro, que es el listero,
para igualarlo en su
corriente, fijador o costero.

Entonces descalzando sus zapatillas
se inclinará de rodillas
ante Él, el verdadero,
para decirle orgulloso
¡si tú ya sabes Dios mío,
lo que une ese madero!

Y allí estará para siempre
opinando en las tertulias,
con otros, que aquí en la tierra,
también fueron costaleros.

Y cada Semana Santa,
desde el balcón de los cielos,
se asomará para ver orgulloso por supuesto,
como su linaje sigue
creciendo, siempre creciendo.Y no olvidan transmitir
sus genes de costalero.

¡Costalero de Dios
o de la Reina de los Cielos!



Manuel Rueda García.

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¿PORQUÉ SOY COSTALERO? 

No se explica. No hay manera de explicarlo.
Llevas sobre tu cuerpo otro Cuerpo; sientes todo el peso de la injusticia en
tus hombros. Conoces el dolor y lo que te cuesta caminar. Te has levantado
con el cuello en carne viva, prometiéndote que era la última vez.
Y has seguido adelante, año tras año, renovando por igual amor y dolor.
No lo explica el que vieras a tu padre o a tu tío ceñirse la faja y el costal,
siendo tú tan pequeño.

No lo explica el amor que sientes por los tuyos: por tu Dios y tu Madre.
No lo explica el orgullo de ver cómo caminan con tu esfuerzo.
No lo explica la vanidad de saberte su cirineo.
Ni siquiera todo ello junto lo explica: vanidad y orgullo, vivencias y amor
sólo aclaran en parte por qué, año tras año, te metes bajo su paso, poquito
a poco, la izquierda por delante, menos paso quiero, duro con el, valientes.
Tal vez la explicación la diera El Balilla, costalero de la Virgen de las
Angustias, cuando le decía a su capataz “al cielo con Ella”.
Porque ser costalero es, en efecto, una forma de caminar hacia el cielo.
Con Ella. 


Prosa de Juan Antonio González.

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COSTALERO: AFICIÓN, RESPONSABILIDAD Y DEVOCIÓN.

Costalero trabajando bajo las trabajaderas.



Hay personas que siguen tendencias, individuos que copian y pegan, devotos que clavan sus ojos en lo mas profundo de su corazón, algunos, que ni siquiera ellos saben porque están allí, y esos aficionados que se divierten entre amigos, que echan esos ratos en familia, en las cofradías. Que si sacapasos, que si enfermos del costal, que si ateos, que si... que sí, que sí. ¿Qué hay más bonito que la amistad? Y más, si es en las cofradías, codo con codo, con tu ''familia'', tus ''hermanos'', llevando a tus titulares a lo más alto del cielo. Y es que, a veces pecaremos de seguir lo externo, lo mundano, lo terrenal, y olvidar el carácter divino, lo realmente importante, pero, ¿no es ya, una buena excusa para esto, el ambiente que lo rodea? ¿Hay algo que demuestre más sacrificio y hermandad que ayudar a tu compadre a hacerle la ropa? A veces, los problemas del mundo, vienen de buscar más allá de lo necesario, y tenerlo delante de las narices. No hace falta buscar el sentimiento debajo de los pasos, viene sólo. Y si no viene, es un problema.

Aficionado, afición. Tampoco creo, que nos juguemos el cuello únicamente por pasear nuestros calcetines, o tirantas, por ver nuestra ''pequeña familia'', o por tomarnos un par de cervezas fresquitas. Todo eso lo puedo hacer, sin estar debajo de un paso, asi que... ¿algo más habrá, no?

Juzguen ustedes.

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