Marchas



REPERTORIO DE NUESTRA SEÑORA DE LAS VEREDAS EN LA VUELTA DEL ROSARIO VESPERTINO DEL 5 DE OCTUBRE.



El paso de Nuestra Señora de las Veredas el pasado 5 octubre  en su rosario vespertino llevó un repertorio musical, interpretado por la Asociación Musical Alvárez Quintero, bastante alegre para la ocasión, el colofón  a su cincuentenario fundacional. Las marchas que se interpretaron a lo largo de todo el recorrido fueron las siguientes:

- Triunfal
- Estrella Sublime.
- Virgen de la Paz.
- Rosario en tus Varales.
- Caridad del Guadalquivir.
- Madre Hiniesta.
- Macarena (Abel Moreno).
- Esperanza de Triana Coronada.
- Esperabza de la Trinidad Coronada.
- Rocío.
- Estrella Sublime.
- Virgen de los Negritos.
- Virgen de los Desamparados.
- Corpus Christi.
- Hosanna in Excelcis.
- Rosario de Montesión.
- Veredas de Amor.
- Triana de Esperanza.
- Madre de los Gitanos Coronada.
- Pasan los Campanilleros.
- Coronación (Marvizón)
- Esperanza Macarena.
- Coronación de la Macarena.
- Salve Baratillera.
- Aires de Triana.
- Encarnación Coronada.
- Virgen de los Estudiantes.

Fueron un total de 35 marchas aproximadas durante el recorrido, ya que algunas de las mencionadas anteriormente se repitieron en alguna que otra ocasión.  


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  • CURIOSIDADES: ¿CUÁLES SON LAS HERMANDADES QUE TIENEN MÁS MARCHAS DEDICADAS?

La música es un complemento importante de la Semana Santa de Sevilla, incluso el silencio de varias procesiones también es música. Todas las hermandades de penitencia de la ciudad tienen dedicadas composiciones procesionales, pero en marchas procesionales de plantilla completa, las vulgarmente conocidas como "de palio", excluyendo el resto de composiciones  ¿Cuáles son las hermandades que tienen más marchas dedicadas?.

Esta lista de las cofradías con más marcha dedicadas concebidas para ser interpretadas por bandas de música de plantilla completa son las siguientes: 

1. La Macarena. La hermandad de la Macarena tiene, al menos, 64 marchas procesionales dedicadas de esta tipología, siendo la corporación que más piezas de esta singularidad tiene dedicadas.

Su diversidad y calidad de muchas de esta pieza, hacen de éstas una auténtica joya patrimonial. Autores como Cebrián, Pedro Morales, Braña, Gaméz Laserna, Mas Quiles, Abel Moreno, López Farfán, Marvizón...atestiguan esta afirmación.
  
Existen composiciones de esta hermandad de la madrugada del Viernes Santo que son clásicos de la Semana Santa, no sólo de Sevilla, sino de otras semanas mayores de España, como "Coronación de la Macarena", "Macarena", tanto de Cebrián, como la de Abel Moreno, "Esperanza Macarena" de Pedro Morales ( con un trio maravilloso) o "Pasa la Virgen Macarena" de Gámez Laserna.

2. Esperanza de Triana. Este hermandad de penitencia de la madrugada del Viernes Santo también tiene un amplio y rico patrimonio musical de esta tipología de marchas procesionales de plantilla completa. Al menos son 48 las composiciones procesionales dedicadas.

Existen autores como Manuel López Farfán, Pantión, Albero Francés, Pedro Morales, Abel Moreno, Marvizón o José de la Vega por poner varios ejemplos se han inspirado en los titulares de esta hermandad para la realización de alguna composición.

Marchas como "La Esperanza de Triana" de Farfán, "Esperanza de Triana Coronada" de Albero Francés, "Triana, tu Esperanza" de José de la Vega, "Esperanza Reina de Triana" de Pedro Morales, "Triana de Esperanza" de Claudio Gómez Calado, "Soleá de Triana" de David Hurtado" o "Esperanza Marinera" de Abel Moreno son algunas de las más populares.

Una marcha inspirada en la llegada de la Esperanza de Triana a la antigua cárcel en el barrio del Arenal "Soleá dame la mano" de Font de Anta es la más exquisitas que tiene como centro a esta hermandad, aunque no está oficialmente dedicada a ella.  

3. La Estrella. La hermandad trianera es la tercera corporación penitencial con más marchas procesionales dedicadas concebidas. En total son 27 piezas procesionales de esta tipología las que tiene esta corporación del Domingo de Ramos.

La más antigua de la conocemos en la actualidad es la realizada en el año 1970 por el genial Pedro Gámez Laserna, bajo el título genérico "Virgen de la Estrella".

Fueron muchas las estrenadas con motivo de la coronación canónica de esta dolorosa trianera como "Corona de Estrella" de Bienvenido Puelles, "Estrella Coronada" de José Velázquez o "Virgen Coronada de Estrellas" de Manuel Rebollo Orden.

Son gran variedad de autores los que han compuesto marchas para esta hermandad como, entre los que destaca: Marvizón, José Manuel Bernal, Abel Moreno, Fulgencio Morón o Albero Francés. 

4. La Hiniesta. Otra hermandad del Domingo de Ramos ocupa el cuarto lugar en este ranking. Al menos, 23 marchas procesionales están concebidas para esta cofradía con sede canónica en la parroquia de San Julián.

"La Estrella Sublime" es su composición procesional más antigua realizada por añorado Manuel López Farfán, aunque tiene marchas dedicada realizadas por autores de la talla de Peralto, Albero Francés, José Manuel Delgado, Pedro Morales o Manuel Marvizón.

5. La Sed. Esta joven hermandad del barrio de Nervión cuenta en su patrimonio musical de "paso de palio" un total de 20 marchas procesionales.

La más antigua de ellas se titula "Cristo de la Sed" de Pedro Gámez Laserna y Juan Antonio Cuevas, que todavía se interpreta al crucificado que realizara Luis Álvarez Duarte a su salida de la parroquia de la Concepción en la jornada del Miércoles Santo, por la banda de música que acompaña a su dolorosa. Es una singularidad de la Semana Santa de Sevilla.

Otros autores ha realizado composiciones procesionales para esta hermandad como Pedro Morales, con "Consolación" (2002), Abel Moreno con "Consuelo de Nervión"( 1983) o "Aniversario en Nervión" (1987) o Francisco Pastor con "El Consuelo de tus ojos" (1999) y "La Quinta Palabra (2007).

"Crux Immissa"(2009) de José Manuel Bernal o "Madre de la Iglesia" (2001) de Albero Francés, también deben ser citados como marchas singulares de esta cofradía del Miércoles Santo. 

6. Los Gitanos. La hermandad de Los Gitanos también tiene, al menos, 20 marchas procesionales dedicadas a su corporación penitencial de estas marchas concebidas para ser interpretadas por bandas de música de plantilla completa.

Entre estas composiciones cabe señalar las siguientes piezas: "Jesús de la Salud" (1969) de Pedro Braña, "Virgen de los Gitanos" (1974) de Albero Francés, "Madre de los Gitanos Coronada" (1988) de Abel Moreno o "Cristo de los Gitanos" y "Reina de San Román", ambas de Ginés Sánchez.

7. Cerro del Águila. Esta joven hermandad de la jornada del Martes Santo ocupa el séptimo lugar de cofradías con dedicatorias de marchas procesionales de esta tipología. 

En total se contabilizan, al menos, 19 marchas procesionales. Entre ellas destaca "Coronación" realizada en el año 2002 por Manuel Marvizón Carvallo y Juan José Puntas, ya que es todo un himno para esta hermandad y "Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono" de Francisco Herrera escrita en el año 1995.

Otros autores que han dedicado marchas a esta cofradía son Ginés Sánchez Torres, Bienvenido Puelles o Juan Velázquez.

8. La Trinidad. Esta cofradía del Sábado Santo tiene en su patrimonio musical un total 19 de marchas procesionales dedicadas para ser interpretadas por bandas de música de plantilla completa.

La más antigua de ellas que en la actualidad se conoce es la composición titulada "Esperanza Trinitaria", obra realizada por Antonio Pantión Pérez en el año 1971.

Dos autores tiene más de una pieza procesional dedicada a esta corporación. Estos compositores son Abel Moreno con: "Trinidad" (1979), "Cristo de las Cinco Llagas" (2002) y "Esperanza de la Trinidad" (2008) y Abel Moreno con "Esperanza de la Trinidad" (1999) y "Esperanza de la Trinidad Coronada" (2006).

Interesantes son otras marchas como "A mi Reina de la Trinidad" (1985) de Juan Velázquez, "Trinidad" (2002) de Barbero Duque, "Esperanza Salesiana" (2006) de José Manuel Bernal o "A la Derecha del Padre" (2009) de David Hurtado. Esta última composición fue la ganadora del III Memorial "Font de Anta".

9. Las Cigarreras.  Esta hermandad del Jueves Santo tiene, al menos, 19 marchas procesionales dedicadas de las concebidas para ser interpretadas por bandas de plantilla completa.

La más antigua de ellas de las que conocemos en la actualidad se titula "La Victoria", obra realizada en el año 1898 por José Bermudo Vilches.

En el patrimonio de esta cofradía existen autores de primer nivel como Manuel López Farfán, que hizo "La Victoria de María" en el año 1921, José Font de Anta, que compuso en el año 1924 "Virgen de la Victoria", David Hurtado con "Victoria" (1996), Pedro Morales, que realizó "Madre de Dios de la Victoria" en el año 2009.

En la última salida extraordinaria de esta dolorosa, en el presente año 2013, con motivo de los 450 aniversario de la fundación de su hermandad se estrenaron dos marchas de esta tipología: "Victoria de Sevilla" de Rafael Ruiz y "Sagrada Victoria" de Alberto Barea. 

10. Los Servitas. Otra cofradía del Sábado Santo está incluida en la lista de las hermandades de Sevilla, que tienen más marchas procesionales dedicadas de esta tipología. En total son, al menos, 18 piezas procesionales.

La más antigua de éstas es la composición titulada "Servitas", de Rafael Moreno Tello realizada en al año 1977.

Dos marchas dedicó Francisco Pastor y José de la Vega a esta hermandad bajo los titulos "Dolores y Providencia" (1996), "Dulce Soledad Servita" (1998), "Servitas de San Marcos" (2000) y "Cristo de la Providencia" (2002).

Otros compositores de referencia han realizado piezas procesionales para esta cofradía como: José Manuel Bernal, Abel Moreno, Fulgencio Morón, Albero Francés, David Hurtado o Fco. Javier Alonso Delgado. 

11. San Benito. Esta hermandad del Martes Santo está incluida dentro de este ranking de cofradías de penitencia de la ciudad que tienen más marchas dedicadas de las denominadas de "paso de palio".

En total también son 18 marchas las dedicadas, de las que la más antigua es "Jesús ante el Pueblo", obra realizada en el año 1952 por Manuel Mejías. 

La más popular de estas es, sin duda, "Encarnación de la Calzada", pieza realizada en el año 1983 por Juan de los Santos Sánchez, aunque la marchas "Encarnación Coronada" (1994) de Abel Moreno, en la actualidad está de moda entre muchas cofradías hispalenses. De este mismo autor también se puede referenciar "Cristo de la Presentación" (1986). Pedro Braña realizó la interesante marcha para esta hermandad "Nuestra Señora de la Encarnación" en el año 1971.

12. Baratillo. Esta cofradía del barrio del Arenal ocupa el último lugar de esta lista con 18 marchas procesionales dedicadas, con las mismas piezas que Los Servitas y San Benito.

La más antigua fue realizada en el año 1951 por Antonio Gallardo, bajo el título "Virgen de la Caridad".

El compositor Ángel Alcaide Barroso es el único autor que ha realiza dos marchas para esta cofradía del Miércoles Santo, bajo los títulos: "Hermano del Baratillo" (1991) y "Piedad" (1992). Compositores de referencia como Más Quiles, Albero Francés o Pedro Morales también han escrito para esta hermandad. Aunque la marcha que es en la actualidad más popular dedicada a esta cofradía es "Caridad del Guadalquivir" de Paco Lola.


(Esteban Romera, Oct 2013)

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  • LA MARCHA: VIRGEN DEL VALLE

SITUACIÓN HISTÓRICA: Finales del siglo XIX.

Las bandas militares fueron introduciendo a través de sus músicos mayores o directores el concepto de marcha procesional. No sólo en Cádiz funcionó una banda militar, sino que también ocurrió en San Fernando con la Banda de la Marina y en Sevilla con las bandas de "Soria 9" y "Regimiento de Granada nº34".

Al frente de la Banda de la Marina de San Fernando se hallaba por entonces el alicantino Camilo Pérez Montllor que accedió a su dirección en 1898. Muy pronto comenzó a componer marchas que dedicó a imágenes isleñas como "Pange Lingua" (1900) o "La Vera-Cruz" (1915). Esta última fué grabada en 1994 en un compacto de antología de marchas isleñas y tiene una gran calidad, siendo su carácter muy fúnebre.

Por aquel entonces, Camilo Pérez Montllor instruía en Armonía a un joven y prometedor músico llamado Germán Álvarez Beigbeder, que nació en 1882 en Jerez. En 1919 sustituiría a su maestro al frente de la banda. Con sólo 18 años, Beigbeder ya había compuesto su primera marcha, "Al pie de la Cruz" dedicada a la Virgen de las Angustias de Jerez en 1900 y que, hasta el descubrimiento de "Piedad", se tenía por la marcha mas antígua de la provincia. "Al pie de la Cruz" se puede equiparar en calidad a la mismísima "Quinta Angustia" de Font Marimont. Como dato anecdótico, la banda de Música del Carmen de Salteras la recuperó el pasado año en Sevilla, interpretándola a la salida del paso de misterio de la Hermandad del Baratillo. Para contemplar la calidad de las marchas del jerezano, basta con escuchar los dos discos que en 1980 grabó la Banda de la Armada de Madrid que recogió sus 17 marchas. En un futuro capítulo volveremos a referirnos a su obra, incluyendo alguna de ellas en mp3.

A finales del siglo XIX en Sevilla se fraguan las primeras marchas con gran renombre que han llegado hasta nuestros días, sobre todo "Quinta Angustia" de Font Marimont (1895) y "Virgen del Valle" (1898) de Vicente Gómez Zarzuela, aunque existen otras como "La Coronación de Espinas" (1895) de Lerdo de Tejada y "El Señor de la Pasión" (1897) de Ramón González, ambas grabadas por bandas sevillanas en la década de los noventa.

El catalán José Font Marimont es el primero de la genial saga de los Font. Fué el primer director de la Banda de "Soria 9". En aquellos años la dirección de la Banda del Hospicio de Sevilla, a todos los efectos la Banda Municipal, la ocupaba su hijo Manuel Font Fernández de la Herrán. A él nos referiremos con mayor espacio en el capítulo 3, aunque anticipamos que por entonces instruía a músicos de la talla de Joaquín Turina o Gómez Zarzuela y había compuesto su primera marcha procesional.

"Quinta Angustia" (dedicada a la hermandad sevillana del mismo nombre) marcará los cánones estructurales por los que, en líneas generales, se regirá la marcha procesional hasta nuestros días. A saber, una introducción corta, un primer tema de unos treinta compases, un segundo tema o central que acaba modulando a una nueva tonalidad para volver a repetir el primer tema (o partes de él) para finalizar con el tercer tema o trío. Esta es una marcha muy corta (apenas tres minutos) que contrasta con otra de su época, "La Coronación de Espinas" que está dedicada a la Hermandad del Valle y dura casi nueve minutos.

A pesar de la importancia de "Quinta Angustia" y de su autor, la marcha mas popular de esta época y que mas se interpreta hoy en día es "Virgen del Valle" de Vicente Gómez Zarzuela. Nació en Sevilla en 1870. Fue violinista estudiando con el citado Font Fernández. Desde muy pronto contactó con la Hermandad del Valle, realizando coplas de culto, motetes para capilla, voces blancas como el antológico "Christus Factus Est" y varios Slabat Mater. Durante su vinculación al Valle conocería al barítono Alberto Barrau. La trágica muerte de éste al colisionar dos vapores en el Guadalquivir le inspiró a componer la marcha "Virgen del Valle" como ofrenda a dicha dolorosa. En 1944 se traslada definitivamente con su familia a nuestra provincia, concretamente a Arcos de la Frontera, donde compuso un Ave María a su patrona y la marcha "Saeta". La Banda Municipal de Arcos lleva su nombre. Fallecería en 1956.

VIRGEN DEL VALLE
Estamos ante una marcha fúnebre que afortunadamente se ha recuperado en la Semana Santa de Cádiz, ya que hasta hace algunos años apenas se interpretaba. Sin duda es una de las seis o siete piezas clásicas del género. Ha sido grabada por mas de veinte bandas de música diferentes y adaptada a orquesta de cámara y orquesta sinfónica. Tiene esta pieza una sensibilidad exquisita e irrepetible. La marcha fué estrenada en 1898 por la banda militar "Regimiento de Granada nº34" y su partitura está en el Palacio Real desde que el rey Alfonso XIII la solicitara. Tiene una duración de 4,29 min.

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  • LA MARCHA: SOLEÁ, DAME LA MANO Y AMARGURAS.

Los primeros años del siglo XX siguen sin tener referentes claros en nuestra ciudad. No será hasta la llegada de Eduardo Escobar y la creación de la Banda Municipal en 1931 cuando la música procesional recupere protagonismo en Cádiz. Sin embargo, en Sevilla, ocurrirán importantes hitos que es imprescindible reseñar, como es la actividad de los músicos de la saga Font. El primero de ellos, José Font Marimont autor de la marcha "Quinta Angustia" y primer músico mayor o director de la famosa banda militar "Soria 9" que se creó en 1876.
Su hijo, Manuel Font Fernández de la Herrán (1862-1943) perteneció a dicha banda hasta que en 1895 toma la dirección de la Banda Municipal de Sevilla (entonces llamada "del Asilo") que duraría más de 35 años. De la labor de Font Fernández destaca la instrumentación de marchas procesionales. A parte de esto, cultivaría muchas facetas del género musical como pasodobles, coplas, zarzuelas.. Casi todas las marchas que compuso la familia Font eran instrumentadas por él. Comenzó componiendo en 1899, la marcha "A la memoria de mi padre" e instrumentó el aria de la ópera italiana "Jone", hoy una de las piezas más clásicas y fúnebres que se interpretan en Semana Santa. Pocos años antes de morir compondría dos marchas mas: "Exaltación" y "Sagrada Lanzada", ésta última otro clásico entre los clásicos. 

Font Fernández es el padre de José y Manuel Font de Anta. José Font de Anta (1892-1988) fue un exquisito violinista conquistando con 22 años el primer premio del Conservatorio de Bruselas. Compuso en 1924 la marcha "Resignación" que dedicó a la Virgen de la Victoria. Manuel Font de Anta (1889-1936) optó por el piano en el que fue instruido por su padre y por Joaquín Turina entre otros. Con sólo 16 años ya componía marchas procesionales: "Camino del Calvario" (1905) o "La Caridad" (1915) muy desconocidas. Dedicó una Suite para piano a la ciudad de Cádiz y a Manuel de Falla y obras sinfónicas de todo tipo. Su nombre debería estar a la misma altura que clásicos españoles como Turina o Albéniz de no ser por su asesinato en la guerra civil.  

Pero lo que realmente hace recordar eternamente al apellido Font en cuanto a música procesional de Semana Santa en toda Andalucía y fuera de ella es la marcha "Amarguras" y, en menor medida pero quién sabe si en mejor calidad, la marcha "Soleá, dame la mano".  

AMARGURAS.
La marcha "Amarguras" (que así se tituló, con "s" al final, pero que se ha aceptado como "Amargura") fue compuesta en 1919 por Manuel Font de Anta acompañado de su hermano José en Madrid, siendo encargada por el padre de ambos, Manuel Font. En la carta que éste les envió figuraba una foto de la Virgen de la Amargura de Sevilla y una frase ".. ya que a mí no me hacéis caso, ¿seríais capaces de negárselo a la Virgen que os mando?..". El propio Font Fernández sería el instrumentador para orquesta y para banda de música de esta pieza. Existen muchas versiones y discusiones sobre si esta marcha fue compuesta por los dos hermanos Font de Anta o en solitario por Manuel o José. Personalmente me decanto por la opción autorizada de Manuel Carmona Rodríguez, que apunta a qué fue realmente Manuel Font de Anta.  

Esta composición se ha convertido con el paso de los años en el "himno oficial" de la Semana Santa, la marcha que se escucha en un pregón o en cualquier acto relevante. Es un auténtico poema sinfónico que a día de hoy (quién sabe si mañana) no se ha podido superar. La marcha comienza con unos primeros compases que tratan de evocar los rumores del cortejo procesional, destacan la omnipotencia de Cristo. Después se desarrolla el tema inicial. El segundo motivo es una frase de apacible dulzura, una conversación entre San Juan y la Virgen de la Amargura que llegará a su más alto grado de sonoridad. El tercer motivo (en forma de coral) en "pianissimo" traza los rezos de los creyentes interrumpiéndose con el sonido de las trompetas romanas. Se vuelve a escuchar el tema inicial, el cortejo ha desaparecido. Se esboza el comienzo de una saeta pero se interrumpe por campanas culminando, en "fortísimo" esta composición.
 


SOLEÁ DAME LA MANO.
"Soleá, dame la mano" es la otra marcha más conocida de los Font. Parece que fue compuesta realmente por José Font de Anta, aunque oficialmente se tenga por su autor a Manuel Font de Anta. Esta marcha también se instrumentó por Font Fernández, y es otro poema sinfónico que muchos músicos expertos consideran superior en calidad a "Amarguras". Se compuso en 1918 y es por tanto anterior a ésta última. Está dedicada a la Esperanza de Triana y su autor se inspiró en una saeta que un preso de la antigua cárcel del pópulo del Arenal (hoy calle Almansa) le cantaba a la Virgen: "Soleá dame la mano a la reja de la 'carse', que tengo muchos hermanos huérfanos de 'pare' y 'mare'..."
 

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  • LA MARCHA: ESTRELLA SUBLIME Y PASAN LOS CAMPANILLEROS. 
SITUACION HISTÓRICA: Segunda década del siglo XX.  

A lo largo de esta sección hemos visto como las marchas que se componían tenían un carácter a modo de poema sinfónico y eran fúnebres. Desde luego la mayoría de composiciones que hoy en día se tocan tras los pasos de palio poco tienen que ver (salvo excepciones) con aquellas marchas de finales del siglo XIX y principios del XX. 

La culpa la tiene otro músico militar llamado Manuel López Farfán que en 1925 revolucionaría en Sevilla el concepto de la marcha de procesión con la archiconocida "Estrella Sublime". Farfán ya había compuesto marchas desde los inicios del XX, todas ellas de gran categoría y lentas/fúnebres como era la costumbre de aquella época. Así destacan las piezas "Spes Nostra" (1904) dedicada a la Esperanza Macarena o "El Refugio de María" (1923) dedicada a la hermandad de San Bernardo y que tiene un trío final de una elegancia y sensibilidad exquisita. En 1919 accedería a la dirección de la banda militar del Soria 9 donde ejercería durante una década.  

López Farfán rompe con el estilo lento y fúnebre e impone una forma de marcha de procesión dinámica, rítmica, vibrante que hiciera que el paso de palio se moviera al compás de la marcha y "cobrase vida". Es el artífice de que éstas tengan fragmentos que se interpreten con cornetas lo que les confiere una gran brillantez. Las marchas "lópezfarfanianas" se caracterizan por una estructura muy clara: llamada con cornetas, primer tema, fuerte de bajos, repetición de partes del primer tema y segundo tema o trío. 

Un año antes de estrenar "Estrella Sublime" ya había compuesto "Pasan los Campanilleros". Se trata ésta de una de las marchas que más se interpretan durante la Semana Santa y aunque carece de partes con cornetas, ya tiene un carácter triunfal y alegre que deja aparcado definitivamente el estilo fúnebre. 

Farfán no solo incluye la novedad de las cornetas, también es precursor de la "saetilla" que se puede escuchar en algunas composiciones en su parte final. Esta novedad la aplica por primera vez en otra genial composición, "La Esperanza de Triana" (1925), que también incluye cornetas.  

Por lo tanto, estamos quizás ante la figura mas importante del género, debido al cambio en los esquemas que introdujo, que ha perdurado hasta nuestros días. A partir de entonces, todos los grandes compositores de marchas procesionales seguirán las pautas del llamado "Genio de San Bernardo" aunque las marchas de corte fúnebre no se olviden por completo y haya obras clásicas y de categoría compuestas a posteriori de la irrupción de Manuel López Farfán. 

En nuestra provincia, Germán Álvarez Beigbeder seguirá con su fructífera carrera, aunque sigue cultivando exitosamente el estilo fúnebre. En 1910 compondrá "Nuestra Señora del Rosario" dedicada a la Patrona de Cádiz, en 1919 "Desamparo" (misma Virgen de Jerez) y en 1921 la célebre "Cristo de la Expiración" (dedicada al Viernes Santo sevillano). 

LAS MARCHAS:   
ESTRELLA SUBLIME 
Esta marcha se compuso en 1925 y aunque por su nombre pueda parecer que esté dedicada a la Virgen Estrella de Triana, realmente lo está a la Virgen de la Hiniesta que también procesiona el Domingo de Ramos en Sevilla. Es la marcha que supone la ruptura con el estilo fúnebre, que comienza con una explosión de júbilo a modo de llamada con cornetas y un tema inicial que se repite donde la dotación de cornetas participa constantemente. Se da paso tras este tema al "fuerte de bajos" que vuelve a enganchar con el primer tema y las cornetas finalizando con el último tema o trío muy elegante. En definitiva un esquema de marcha típico de las compuestas por Farfán.
 
 

PASAN LOS CAMPANILLEROS 
"Pasan los Campanilleros" (1924) está inspirada en un coro de campanilleros. Es quizás la marcha mas interpretada durante la Semana Santa, aunque durante algunas décadas estuviese "censurada" sin motivo mas que suficiente. Los pasos de palio lucen y se mueven airosamente en el tema central de esta marcha cuando intervienen instrumentos como castañuelas o campanillas. Esta marcha carece de cornetas y es previa a la ruptura marcada por "Estrella Sublime", pero tiene un ritmo y dinamismo que no existía en las marchas lentas de aquella época.

 


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  •  MARCHA: ECCE-HOMO 
A comienzo de los años treinta del siglo pasado, la música procesional recuperó el protagonismo necesario en nuestra ciudad, ya que en 1931 el músico gaditano Eduardo Escobar de Rivas organizaría la Banda Municipal de Música de Cádiz. Desgraciadamente dicha banda no aguantaría más de una década de existencia coincidiendo con la muerte de su fundador. Como se puede observar en la foto de 1933 (tomada del libro sobre música procesional de Manuel Carmona Rodríguez), nuestra Banda Municipal era bien completa incluyendo incluso instrumentos de cuerda, algo que no es de extrañar, ya que Escobar de Ribas era violinista y cuentan las crónicas de la época que la Banda tuvo un gran prestigio y calidad. 

Eduardo Escobar fundó la Banda Municipal con el prestigio que le había supuesto años atrás la dirección de la Coral Real de Madrid o la Banda Unión Musical de Liria (Valencia). También creó en Cádiz una Orquesta de Cámara. Nació en Cádiz y murió en nuestra ciudad a finales de la década de los treinta, aunque a lo largo de su vida se movió por diversas localidades españolas. 

Un año antes (1930) se creó otra banda municipal importante, la de Jerez, que fue organizada por el ya varias veces mencionado en esta serie Germán Álvarez Beigbeder. Dicha organización le trajo como consecuencia inmediata la retirada de la marina y de la Banda Militar de Marina de San Fernando que era la más activa hasta entonces en la provincia. A diferencia de la municipal de Cádiz, la de Jerez ha sabido sobrevivir hasta nuestros días, aunque cuenta actualmente con un reducido número de componentes dirigidos por un músico de la calidad de Francisco Orellana. 

Eduardo Escobar y su Banda Municipal dejaron una herencia de inmenso valor, la marcha Ecce-Homo, fechada en 1929. Se puede considerar como la mejor obra dedicada a la Semana Santa de Cádiz y uno de los tesoros ocultos de la música procesional andaluza. Prueba de ello es que la prestigiosa Banda de Música del Carmen de Salteras la incluyó en su penúltimo trabajo discográfico de 2001 que curiosamente se llamó "Ecce-Homo" y que un genio como es Pedro Morales asegura haberla interpretado en muchas ocasiones durante su estancia en Castilla-León. Es una pieza que destaca por su espectacular carácter espiritual y sinfónico y se enmarca dentro del estilo de marcha lento-solemne-fúnebre. Afortunadamente en los últimos años se ha vuelto a escuchar tras el palio de María Santísima de las Angustias de la hermandad del Ecce-Homo, a cuyo titular está dedicada la obra. 

Siguiendo la descripción de José Manuel Muñoz-Berros que se incluye en el citado compacto "Ecce-Homo", la marcha en su inicio subraya e intenta crear un clima de recogimiento implorante mediante el redoble de la caja destemplada y maza en plato durante cuatro compases todo ello en una dinámica en pianíssimo. El primer tema se presenta en tonalidad de Do Menor intentando el autor expresar una dulce y nostálgica aflicción que cantan primero el grupo de metales de la banda en pianíssimo y después lo retoma la sección de madera. Tras este tema la intensidad va creciendo gradualmente (tutti fortíssimo) muy acentuado con una duración de 12 compases donde se alcanza la expresión del mayor dramatismo... Después se vuelven a graduar clarinetes y trompas en una parte dulce cambiando la tonalidad a Mi Bemol Mayor causado por el grupo de madera de la banda que es ornado con golpes .de triángulo en la segunda repetición de este fragmento. Tras lo anterior sucede un canon, continúan los saxos trombones y fiscornos-trompetas desembocando en un fuerte con aire deciso. La marcha concluye de forma brillante con una eclosión triunfalista y apoteósica.
 


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  • LA MARCHA: NUESTRO PADRE JESÚS.
    Con la muerte de Eduardo Escobar de Ribas, la Banda Municipal de Cádiz desaparecería. Desde el comienzo de esta serie, hemos destacado la fundamental labor efectuada por los músicos mayores (directores) de las distintas bandas militares que existían. Pero poco a poco comenzaban a crearse bandas civiles, la mayoría de ellas de carácter municipal. En el capítulo anterior citábamos los casos de Jerez y Cádiz. En nuestra provincia existen documentos que acreditan que mucho antes de la creación de éstas ya existía la Banda Municipal de Sanlúcar de Barrameda que está celebrando su 150 aniversario aunque haya habido pequeños periodos de tiempo en los que ha tenido otras denominaciones o haya estado inactiva. 

    Hay que mencionar ahora a esta formación porque en este período que ahora estamos analizando (1925-1935) la dirigía Julián Cerdán y conseguiría un primer premio de Bandas celebrado en Écija en 1928. Dicha banda debía de encontrarse en un espléndido momento, prueba de ello era que Joaquín Turina disfrutaba con sus actuaciones en sus veraneos por Sanlúcar.

    En 1926 ya se tiene constancia de la existencia de la Municipal de Chiclana que dirigía Enrique Montero y que hoy precisamente tiene en su denominación el nombre de dicho director. En la provincia de Sevilla ya funcionaban bandas de gran fama cofradiera y que podemos disfrutar en la Semana Santa de Cádiz, como la Banda de "Las Nieves" de Olivares o las de Salteras, "La Oliva" y "El Carmen". 

    La mayoría de marchas que se escuchan tras un paso de palio, como hemos comentado en alguna ocasión, son de procedencia sevillana, y las diversas semanas santas de Andalucía las han importado por su brillantez y calidad. Hay contadas excepciones en las que Sevilla, y por tanto el resto de Andalucía, haya incorporado marchas compuestas por autores no vinculados a dicha ciudad o dedicadas a imágenes o hermandades no hispalenses. Pero los casos contados que existen son imprescindibles en este recorrido por la marcha de procesión. Uno de ellos es el de Emilio Cebrián y su archiconocida "Nuestro Padre Jesús". 

    Biografía del autor.
    Emilio Cebrián nació en Toledo aunque se afincó en Jaén (es el autor de su himno) donde dirigió a su banda municipal. Compuso cuatro marchas donde dejó clara su calidad como músico. Sin embargo su prometedora carrera se truncó muy pronto al fallecer a los 43 años en un accidente. Su marcha mas conocida es "Nuestro Padre Jesús" (1935) que dedicó a Ntro. Padre Jesús Nazareno, el "Abuelo", de Jaén. En los últimos años de la década de los noventa, las bandas han ido incorporando a sus repertorios las otras obras de Cebrián como son "Macarena" (1943), "Cristo de la Sangre" (compuesta en 1941 y dedicada al mismo cristo de Toledo) o "Jesús Preso" (fechada en 1943 y dedicada a dicha hermandad de Jaén), todas ellas de un primerísimo nivel y que nunca deberían de dejar de escucharse. "Cristo de la Sangre" y "Jesús Preso" son marchas de estilo fúnebre mientras que "Macarena" es una marcha de carácter lento y que se ha convertido en una de las preferidas por las hermandades para interpretarse en los momentos más íntimos de su recorrido  

    Nuestro padre Jesus. 
    Obra clásica e imprescindible en cualquier antología de marchas procesionales fue compuesta y dedicada en 1935 al Nazareno de Jaén. Destacan de esta pieza la solemnidad de la misma, el fuerte de bajos y el trío donde se incluyen compases del Himno de Jaén obra del propio Cebrián.
     


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    • LA MARCHA: DESAMPARO.
    Germán Álvarez Beigbeder y su marcha "Desamparo". A lo largo de esta serie hemos mencionado en varias ocasiones a Germán Álvarez Beigbeder. Desgraciadamente, este militar jerezano es muy poco conocido fuera de su ciudad natal a pesar de su elevadísima categoría artística que han heredado alguno de sus hijos, como el célebre compositor Manuel Alejandro. Beigbeder nació en Jerez en 1882 y falleció en la misma ciudad en 1968. La afición por la música le vino por vía materna, ya que su madre fué una aventajada pianista francesa. En Madrid se formó musicalmente, también paso por Roma y a su vuelta ya tenía el título de Músico Mayor Militar. Estuvo destinado en África, Ferrol y en la Banda de la Marina de San Fernando en 1919. En 1930 dejó el ejercito y fundó la Banda Municipal de Jerez que dirigió durante mas de veinte años. Fué nombrado Hijo Predilecto de Jerez donde se se le conoce por "Don Germán". En 1900 ya había compuesto su primera marcha procesional, "Al Pie de la Cruz" y compondría mas de una quincena de marchas hasta 1963. Es sin duda uno de los mejores músicos que cultivó el estilo lento-fúnebre, aunque en su etapa final se observa la influencia sevillana de López Farfán. Estas marchas casi en su totalidad fueron dedicadas a imágenes jerezanas y es por esta razón por la que apenas se han exportado a otras localidades. No obstante compuso en 1910 una marcha, "Nuestra Señora del Rosario" dedicada a la patrona de Cádiz. En 1939 compondría un "Slabat Mater" que llegaría a interpretarse en la Catedral de Sevilla sumándose al que ya existía de Hilarión Eslava. Es su hijo, también militar, José María Álvarez Beigbeder, "David Beigbeder", la persona que ha recopilado toda su obra. En 1980 cuando era director de la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid grabó un par de discos con todas sus marchas bajo el nombre de "Marchas Lentas". En 2002, Diario de Jerez ha recuperado alguna de aquellas grabaciones en su coleccionable de cuaresma. A raíz de dicho coleccionable se ha constatado como no se tiene muy claro la denominación y dedicatoria de alguna de sus marchas, pues en 2002 aparecen cambiadas de nombre y dedicatoria. Esta incertidumbre hace que algunos estudiosos de la música procesional atribuyan la autoría de la antológica marcha "Corpus Christi" a Beigbeder. Aunque el estilo de la marcha es claramente "lópezfarfaniano" e incluye cornetas, algo totalmente opuesto al estilo de las marchas del jerezano, no es descartable, pues en la partitura aparece un apellido: "Beovide" que podría ser una deformación de Beigbeder y por otra parte el fuerte de dicha marcha es casi idéntico a una de las suyas, "Santa María de la Paz". También hay discusiones sobre su marcha "Virgen de San Gil" (dedicada a la Macarena y grabada el pasado año por la Banda del Carmen de Salteras) que incluye cornetas y está fechada según su hijo José María en 1906, por lo que es anterior a "Estrella Sublime" de Farfán que se supone el innovador en este aspecto. Independientemente de estas cuestiones, la categoría de sus marchas es incuestionable. Se han exportado muy poco aunque en la provincia de Málaga se interprete bastante "Cristo de la Expiración" o en Sevilla se toque "Al Pie de la Cruz" a la salida de la Virgen de la Piedad del Baratillo. En la propia Jerez, este año, sólo a la Virgen del Valle y a la del Desamparo se le tocaron en carrera oficial las marchas que para dichas dolorosas compuso "Don Germán", cuando hay bastantes mas hermandades que tienen marcha dedicada y permanecen casi en el olvido. Terminemos el repaso a la figura de este importantísimo músico con una breve reseña de sus obras: Marchas dedicadas a imágenes de Jerez: "Al Pie de la Cruz" (1900, Virgen de las Angustias), "Ntra. Señora de la Soledad" (1905), "Mayor Dolor" (1907), "Desamparo" (1919), "Cristo de la Expiración" (1921), "Virgen del Valle" (1947), "Amargura" (1949). Marchas dedicadas a imágenes de Cádiz: "Nuestra Señora del Rosario" (1910) Marchas dedicadas a imágenes de Sevilla: "Virgen de San Gil" (1906) Otras marchas sin dedicatoria/nombre confirmado: "Mater Desolata" o "Madre del Desconsuelo" de 1907, "Memoria Eterna" o "La Oración de Jesús" de 1907, "Cantemos al Señor" o "La Última Cena" de 1920, "Cristo del Cachorro" o "Virgen de Misericordia" de 1956 y "Santa María de la Paz" de 1963 que no se sabe si estaba dedicada a la Virgen del Porvenir de Sevilla o a la cotitular de la Cena de Jerez.  

    DESAMPARO.
    Esta marcha se compuso en 1919 y junto a "Amargura", "Cristo de la Expiración" o "Mayor Dolor" son las mas conocidas de este autor. Está dedicada a la dolorosa cotitular de la popular hermandad del Prendimiento de Jerez. Es un claro exponente del estilo lento de marcha de procesión que caracterizó a su autor con unos elegantísimos tríos finales.
     


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    • LA MARCHA: PASA LA VIRGEN MACARENA.
    Biografía del autor. 
    Pedro Gámez Laserna transcurre su vida artística entre Córdoba, dirigiendo la Banda Militar del Regimiento de Infantería de Lepanto y la del Regimiento Soria 9 de Sevilla. Impregnó la marcha procesional con cierto carácter militarista, aportando unas instrumentaciones muy completas y logradas enalteciendo sus originales melodías y dándole gran lucimiento a los instrumentos, teniendo siempre en cuenta sus tesituras y posibilidades tímbricas. 

    En 1949, Pedro Gámez Laserna logra con «Saeta cordobesa» fundir la saetilla dentro de la marcha urdiéndola de manera primorosa con ricas armonías y contrapuntos, como ya habían hecho anteriormente Farfán, o Pascual Marquina Narro en su «Procesión de Semana Santa en Sevilla». 

    También destacan composicones como «Salve Regina Martyrum» de 1952, «El Cachorro, Saeta sevillana», de 1967, «María Santísima del Subterráneo» de 1961, «Sevilla cofradiera», de 1972 o «Pasa la Virgen Macarena» de 1959, de la cual vamos hablar a continuación.

    La Marcha: “Pasa la Virgen Macarena”. 
    Los Manuel López Farfán, Emilio Cebrián o Mas Quiles ya dejaron prueba inequívoca de su sello en el acervo musical de la hermandad de la Macarena. Pero d. Pedro, a su llegada al Soria 9 y ante el ensimismamiento que tuvo que suponer ver pasar a la Macarena, consiguió reflejar en la partitura la exégesis de un palio andando, en movimiento, a la que habría de bautizarla en 1959 con el nombre de “Pasa la Virgen Macarena”. Con cada interpretación de esta marcha, y de primer plano el incomparable y mayestático palio de la Esperanza Macarena, toma fuerza esa frase célebre que Stravinski dejó para la posteridad. Porque nada más entrar las cornetas en el inicio de la marcha ya estaremos escuchando lo que vemos, y viendo lo que escuchamos. 

    Toda una cátedra de cómo hacer música para un palio y para eso no había ni hay mejor lugar que Sevilla y el palio modélico por excelencia. D. Pedro tuvo las ideas muy claras. Tomó el modelo sancionado por Farfán en “La Estrella Sublime” (1925) y lo amoldó a su estilo personalísimo, que ya en Córdoba había cobrado relieve con la sensacional “Saeta Cordobesa”. Tanto en la introducción de la marcha, como en el tema principal, la participación de las cornetas enfrascadas en el do mayor de la música no solamente se limita a otorgar un complemento y subrayado brillante de la marcha, sino a dominar melódicamente la misma y constituirse en un plano sonoro superior incluso al entramado melódico de las maderas. 

    El pasaje central, donde supuestamente iría el fuerte de bajos, es un alarde armónico donde los metales recitan una línea melódica suave y relajada, sustentada sobre arpegios de la madera. Retomado el tema principal, y tras unos compases de modulación, la marcha llega al trío final en fa menor que es otro elogio a la armonía y el equilibrio, al lirismo y al embrujo propios del palio de la Macarena. En su primera interpretación la melodía es regida de forma especial por el viento metal, con el acompañamiento en su función rítmica de clarinetes y saxos. La segunda repetición es una superposición de clarinetes principales, requintos y flautas al plano sonoro anterior, en la que se dibuja una melodía con atisbos de saeta, una de las muchas que se ofrendan a la Madre de Dios en la madrugá sevillana. 

    Recientemente la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, bajo la dirección de Fco. Javier Gutiérrez Juan, incansable investigador y buceador de archivos musicales, la ha grabado con la repetición del trío final –cosa que no se da en numerosísimas interpretaciones- y a un tempo rápido y vertiginoso, respondiendo así al gusto y voluntad del autor de la obra y apoyándose para ello en documentos sonoros, así como testimonios orales. Con este registro en el disco “Versión Original” podemos seguir gozando de las bondades de “Pasa la Virgen Macarena” y su portentoso comienzo entre cornetas y semicorcheas de clarinetes. La máxima expresión de esta marcha la encontramos aquí, en “Versión Original”. Todos los medios, y los mejores, al alcance del oyente y cofrade. O lo que es lo mismo decir: d. Pedro Gámez en estado puro sorprendiéndonos por sus complejas concepciones armónicas y melódicas, amén de unas velocidades de ejecución que explican razonadamente el porqué de diversas características de sus marchas que con ese tempo precisamente adquieren su verdadero significado y efecto. 

    El tiempo pasará y la banda que adorna con sus sones el discurrir de la Macarena por Sevilla, el Carmen de Salteras, seguirá ofreciéndonos con cada interpretación el milagro de “Pasa la Virgen Macarena”. Esa marcha que un día firmó d. Pedro Gámez rememorando a la Macarena pasar ante sus ojos y que, por si fuera poco, inspiró al alumno de éste cuando por la Campana fue testigo del pasar de Ella con su primoroso palio. Ella siempre pasando por Sevilla entre fulgurantes marchas.
     
     

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    • LA MARCHA: MATER MEA.
    Biografia de Ricardo Dorado Janeiro 
    Nace en La Coruña, el 7 de febrero de 1907; muere en Madrid, el 28 de octubre de 1988. Miembro del Cuerpo de Directores Militares. En su ciudad natal estudió música con Manuel Martín. A los 15 años ingresó en el Regimiento Zamora de Madrid donde continuó sus estudios con profesores del renombre de Julio Sánchez Mayoral, Joaquín Turina y Manuel de Falla. Posteriormente, ingresó en el Regimiento Inmemorial, también en la capital de España. La plaza de músico mayor la obtuvo con el número uno. Dedicó muchísimos años a la enseñanza y fueron numerosos los músicos destacados que instruyó. Sus marchas, que en la actualidad no se interpretan en Sevilla, eran habituales antes en los repertorios de las bandas sevillanas. 

    Algunas de sus obras son: "Altare Dei", "Cordero de Dios", "Dadnos la Paz", "Dominus Tecum", "Dona Nobis Pacen", "Getsemaní", "Gloria al Señor", "Hosanna" y la nombrada "Mater Mea". Sus mayores éxitos los obtuvo en el campo de la música militar. También obtuvo resonantes éxitos en el género lírico con el sainete "Los ases del barrio" y la ópera "La Gitanilla". La música de revistas como "Todo para la mujeres" y "Los celos de la Sole" son obra suya.    

    La Marcha: "Mater Mea" 
    Ricardo Dorado crea con la marcha "Mater Mea" un arquetipo admirable de marcha procesional fúnebre. La inspiración de sus temas, la maestría en la armonización y la economía de los elementos utilizados, sabiamente, eso sí, por su autor, hacen de "Mater Mea" una página imprescindible para el repertorio de cualquier banda de música que se precie. 

    Hablábamos de economía de recursos, y no lo hacíamos gratuitamente. De hecho, el leit-motiv que vertebra toda la composición desde el primer compás hasta el final, es de una simplicidad asombrosa: un motivo construido sobre tres notas (los grados 5º, 6º y 4º de la tonalidad en modo menor), que giran en intervalos conjuntos sobre el eje de la dominante (5º grado). Lograr con tan elementales recursos un tema de tal carga emocional sólo puede hacerlo un consumado maestro de la composición como es Dorado. 

    La introducción, como decimos, está articulada en torno a ese elemental leit-motiv, y crea desde el primer compás una atmósfera cargada de tensión dramática. La alternancia entre planos de diferentes dinámicas sonoras no hace sino subrayar la tensión emocional, resuelta por una cadencia magistral que nos conduce al tema A.

    Dicho tema A no es más que un desarrollo lógico del motivo inicial enunciado en la introducción. Merece la pena destacar la elegancia con que las llamadas de trombones y trompetas plantean su contrapunto a la melodía, y que le otorgan una cierta dimensión "épica". (Algo parecido observamos en la llamada introductoria de Mektub).

    El tema B, en mayor, contrasta marcadamente con el tema anterior. Las tinieblas son deshechas por la irrupción de un cálido haz de luz. El oído encuentra el sosiego de una melodía acariciadora que nos seduce con su encanto y nos hace olvidar por un momento la conciencia del dolor. Pero el autor nos abisma de nuevo en el paisaje conmovedor del Gólgota, que es una metáfora de la desolación humana: el tema A reaparece violentamente en "fortissimo" y nos arrastra con su poderoso magnetismo. Una posterior reexposición en "piano", con las llamadas de trompetas y trombones, concluye inopinadamente en un brillante acorde en mayor. 

    El tema C, también en menor, nos conmueve por su hondo patetismo. En él parece flotar un sentimiento de amarga desesperanza. La transición final del mismo es sencillamente abrumadora. La obra, en una estructuración cíclica casi obsesiva, retorna una vez más al comienzo, en un generoso "da capo" en el que son reexpuestos completamente la introducción y los temas A y B, incluyendo la repetición subsiguiente del tema A, en "fortissimo" primero y luego en "piano". 

    La obra finaliza, en una circularidad perfecta, en la inesperada modulación a mayor que antes señalamos al final del tema C, y que actúa como un eje de simetría que sustenta la arquitectura asombrosa de esta obra.
     


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